domingo, 15 de junio de 2014

HISTORIA UNIVERSAL- SIETE

Ciudad Insaurralde fue durante mucho tiempo la Capital Nacional del Holando Argentina hasta que fue reemplazada por la capital de los cereales, la Chicago argentina: Rosario.
Se habló de diferencias económicas entre los organizadores y los integrantes del Grupo Autorreunido de Cerealeros ArgentinoS filial Insaurralde, se habló de problemas logísticos, se habló de la floja infraestructura hotelera local. Se llegó a decir que muchos de los visitantes a la Feria Anual de la Lechería y la Industria Agrícola habían planteado la posibilidad de renovar el plantel de damas disponibles en la ciudad, lo que planteó el rechazo de las chicas del casino fogoneadas como siempre por la Dama de la Curva. Seguramente entre estas estuvo la razón de la pérdida.
“Esta ciudad está en decadencia” dijeron las Damas del Lawn Tennis.
Ciudad Insaurralde, como ya dijimos, no nació sino que se adquirió.
Originada como emprendimiento inmobiliario la Ciudad pronto se desplazó dos leguas al sureste cuando los primeros comerciantes y mercachifles se establecieron a la vera de la Estación San Juan Bautista (en homenaje al fundador, en adelante la parte vendedora)
A las veras de las vías nacieron las dos avenidas, una de entrada y la otra de salida para no entorpecer el tráfico alrededor de lo que realmente importaba, los gigantescos silos acopiadores de granos pertenecientes a Bonavita Comercial. Por fuera de las Avenidas que recordaban y siguen recordando las fechas fundacionales de la Nación la planta urbana de Ciudad Insaurralde fue un damero perfecto hasta que se construyeron los playones, el del Cincuentenario y el 17 de Octubre Anexo.
Las calles del centro recuerdan a los próceres de la Organización Nacional.
Las calles del centro recuerdan a algún que otro prócer no tan discutido.
Las calles de la periferia recuerdan a los maestros de la primera Escuela, la de Maestras. La calle que homenajea al Fundador (la parte vendedora) se arrima un poco al centro, pero no mucho.
Hay una avenida que recuerda a Roca, dicen los militantes seriales que hay que cambiarle el nombre porque fue un genocida. Queda en el centro y tiene lindas palmeras.
La calle central del playón del cincuentenario se llama Intendente Coronel Grumwald, el que pusieron los milicos en el 76. Pero no queda en el centro. Por ahí es por eso que los Militantes Seriales no saben que existe, y no patalean.
Dicen que a los Militantes Seriales no les interesa lo material, que su fuente de energía es la justicia, que su centro es el dolor ajeno. Dicen que los Militantes seriales son la Vanguardia.
Dicen también que lo único que los detiene es el barro, su kryptonita.
Dicen, pero como ellos no se comunican con los legos, nunca sabremos la respuesta a tal pregunta.
De todas maneras ellos piensan que el resto, nosotros, somos unos ingratos.

Los pibes de los playones no dicen nada. No los conocen. Agarran su cañita y se van a pescar a la laguna del parque, porque ayer llovió una bocha.

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