Ciudad Insaurralde fue durante mucho tiempo la Capital Nacional del Holando
Argentina hasta que fue reemplazada por la capital de los cereales, la Chicago argentina:
Rosario.
Se habló de diferencias económicas entre los
organizadores y los integrantes del Grupo Autorreunido de Cerealeros ArgentinoS
filial Insaurralde, se habló de problemas logísticos, se habló de la floja
infraestructura hotelera local. Se llegó a decir que muchos de los visitantes a
la Feria Anual
de la Lechería
y la Industria Agrícola
habían planteado la posibilidad de renovar el plantel de damas disponibles en
la ciudad, lo que planteó el rechazo de las chicas del casino fogoneadas como
siempre por la Dama
de la Curva. Seguramente
entre estas estuvo la razón de la pérdida.
“Esta ciudad está en decadencia” dijeron las Damas del
Lawn Tennis.
Ciudad Insaurralde, como ya dijimos, no nació sino que
se adquirió.
Originada como emprendimiento inmobiliario la Ciudad pronto se desplazó
dos leguas al sureste cuando los primeros comerciantes y mercachifles se
establecieron a la vera de la Estación San
Juan Bautista (en homenaje al fundador, en adelante la parte vendedora)
A las veras de las vías nacieron las dos avenidas, una
de entrada y la otra de salida para no entorpecer el tráfico alrededor de lo
que realmente importaba, los gigantescos silos acopiadores de granos
pertenecientes a Bonavita Comercial. Por fuera de las Avenidas que recordaban y
siguen recordando las fechas fundacionales de la Nación la planta urbana de
Ciudad Insaurralde fue un damero perfecto hasta que se construyeron los
playones, el del Cincuentenario y el 17 de Octubre Anexo.
Las calles del centro recuerdan a los próceres de la Organización
Nacional.
Las calles del centro recuerdan a algún que otro prócer
no tan discutido.
Las calles de la periferia recuerdan a los maestros de
la primera Escuela, la de Maestras. La calle que homenajea al Fundador (la
parte vendedora) se arrima un poco al centro, pero no mucho.
Hay una avenida que recuerda a Roca, dicen los
militantes seriales que hay que cambiarle el nombre porque fue un genocida.
Queda en el centro y tiene lindas palmeras.
La calle central del playón del cincuentenario se llama
Intendente Coronel Grumwald, el que pusieron los milicos en el 76. Pero no
queda en el centro. Por ahí es por eso que los Militantes Seriales no saben que
existe, y no patalean.
Dicen que a los Militantes Seriales no les interesa lo
material, que su fuente de energía es la justicia, que su centro es el dolor
ajeno. Dicen que los Militantes seriales son la Vanguardia.
Dicen también que lo único que los detiene es el barro,
su kryptonita.
Dicen, pero como ellos no se comunican con los legos,
nunca sabremos la respuesta a tal pregunta.
De todas maneras ellos piensan que el resto, nosotros,
somos unos ingratos.
Los pibes de los playones no dicen nada. No los conocen.
Agarran su cañita y se van a pescar a la laguna del parque, porque ayer llovió
una bocha.
Me encantó ! Quiero más!
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