lunes, 3 de marzo de 2014

Ley Kramer

El 1 de marzo pasado tuvimos la suerte de asistir a una nueva Asamblea Parlamentaria, en ocasión del inicio de un nuevo período de sesiones legislativas. Digo suerte porque no tengo en este momento otra palabra que defina más adecuadamente a lo que es un triunfo de la democracia, una victoria que nos corresponde a todos como pueblo, como Nación, como comunidad. Brindemos por ello.
No me voy a poner a analizar lo que dijo la Presidenta. Ya lo han hecho cabezas más potentes que la mía, desde un lado y del otro del espectro ideológico. Algunas ideas más espectrales que otras, pero no es ese el tema del que quiero ocuparme.
No.
Hubo ausencias en la Asamblea.
Gente que no fue.
Lilita Carrió no fue porque prefirió irse de turista a los carnavales. Y bueh, por lo menos está buscando al pueblo en alguna parte. Por ahí tiene suerte y lo encuentra.
Pino Solanas no fue porque según él “no estaban dadas las condiciones” para asistir al Congreso. Además dijo que tenía miedo a las agresiones de los militantes o las chicanas de la Presidenta
A ver.
Garantías les faltaban a los militantes que arriesgaban el cuero para pasar clandestinamente las películas de Solanas durante los años de plomo. Honremos a la historia, honremos a los que pusieron el cuerpo.
Por otra parte, en un país en el cual cualquiera puede decir las barbaridades más tremendas en los medios masivos de comunicación, hay que tener los huevos de bancarse la respuesta. Juego con revancha no es pa calientes.
Y entonces llegamos al meollo de la cuestión.
Al eje.
Al centro.
Un legislador no puede no ir al Congreso. O al Concejo. O a la instancia legislativa en la que se desempeñe.
Según la Constitución Nacional el pueblo no delibera ni gobierna, sino que lo hace a través de sus representantes. Representantes que son votados en Elecciones libre y democráticas desde hace ya 30 años, con una continuidad y una limpieza que no reconocen antecedentes en los 200 años de historia del país como Nación Independiente. Representantes que cobran jugosas dietas y adicionales y que, justamente, representan a quienes los han votado.
Entonces, y a consecuencia de tal representación, estos señores y señoras no pueden traicionar a sus representados, traición que se manifiesta de dos maneras: no cumpliendo con sus tareas específicas y cambiando de partido o de lealtad en mitad de un mandato (síndrome de Solá Bullrich Moyano)
El caso particular de quien habiendo sido votado para cumplir determinada función abandona la misma para presentarse nuevamente a elecciones aspirando a otro cargo es diferente, ya que el candidato se somete nuevamente al veredicto de la voluntad popular que será quien defina la situación del mismo. Más allá de la opinión personal, la situación es diferente.
Ante esta situación, quisiera proponer que se tenga en cuenta la posibilidad de presentar un Proyecto de Ley de Responsabilidad Legislativa. Ante la imposibilidad de acceder directamente a quienes ejercen cargos en los diferentes poderes Legislativos lo hago a través de este medio, con la esperanza de que llegue a quienes puedan darle curso en el caso de que la iniciativa se considere viable.
Básicamente, los puntos a considerar en el Proyecto serían:
1)     Asistencia a sesiones: los legisladores deberían asistir al máximo posible de sesiones de las respectivas cámaras y/o concejos. Quien faltare al cumplimiento de sus deberes sufrirá el descuento proporcional al número de inasistencias en su remuneración. Quien faltare al 50 % o más de las sesiones no podrá presentarse a elecciones en el turno electoral siguiente. Obviamente, esto no incluye ausencias justificadas por cuestiones personales, adecuadamente justificadas.
2)     Presentación de Proyectos de Ley: cada legislador deberá presentar un número mínimo de Proyecto de Ley a determinar. Pero proyectos de verdad, ojo.
3)     Lealtad a los votantes: quien dejara de compartir los lineamientos de la plataforma del sector por el que haya sido elegido deberá renunciar a su cargo. No se admitirán migraciones a otros bloques partidarios (prevención del panquequismo)
De más está decir que no pretendo reconocimiento personal por esta idea.
Si a alguien se le ocurriera presentar un proyecto en esta línea, agradecería que se citara la fuente. Solamente me gustaría, por vanidad personal, que se nombrara a la ley como Ley Kramer.

Desde ya muchas gracias.

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