Este año voy a festejar el
25 de Mayo, lo voy a celebrar, lo voy a disfrutar.
Este comentario, el que
abre esta reflexión, no le importa a nadie.
O no debería importarle a
nadie, porque es una actitud que tomo en cuanto ciudadano libre de un país
maravillosamente democrático. Una actitud que, por cierto, no vulnera ninguna
disposición legal vigente.
Hecha la aclaración continúo.
El 25 de mayo ha sido una
celebración bipolar.
¿Qué pasó el 25 de Mayo de
1810?
¿Por qué fue tan
importante?
¿Qué originó el 25 de Mayo?
Desde el principio se nos
vende a la Revolución
de Mayo como un hecho aislado, desencadenado en pocos días a raíz de ciertas
noticias que llegaban de Europa. Esta afirmación niega o por lo menos oculta
los siglos de lucha y resistencia de los pueblos originarios primero, y de los
primeros patriotas criollos después.
Celebremos entonces a Juan
Chalimín, a Tupac Amaru. Recordemos el Taki Ongoy. Brindemos por Chuquisaca. Salud.
Se nos dijo también que la Revolución había sido
pacífica. Una buena manera de matar desde el huevo cualquier intento de
resistencia activa posterior. Una buena forma de ignorar a French, Beruti,
Monteagudo y tantos otros. O a Moreno, Castelli y Belgrano, que además de
comprar paños a los ingleses querían un país nuevo y democrático. Brindo por
ellos. Salud.
Es cierto, el 25 de Mayo no
se declaró la Independencia. Pero
la Independencia
no se hubiera declarado si no hubiera habido un
25 de Mayo.
Una independencia que fue bastardeada
en todos los aspectos imaginables. La lista es larguísima.
La guerra de la triple
infamia, el genocidio de Roca, la ley de residencia, la generación del ochenta.
El 25 de mayo pasó a ser una fecha tan decorativa que durante muchos años los
presidentes asumían el 12 de octubre. Símbolos sobran en nuestra historia.
Brindo por esto también, porque forma parte de aquello que nos debe hacer
pensar qué no queremos. Salud.
Y entonces todo se vuelve
vertiginoso. El 25 de Mayo fue siempre una fiesta de ellos. La joya del primer
centenario fue la visita de la infanta de España. Se modificó el himno para no
ofender a quienes habían provocado un etnocidio total y absoluto. Nadie antes y
nadie después arrasó un continente como lo hizo España. Nadie fue tan
codicioso. Nadie fue tan salvaje.
Mientras en el país de los
alimentos la gente moría de hambre.
Brindo porque nunca más
equivoquemos el homenaje. Salud.
Mucho pasó.
El 25 de Mayo siguió siendo una fiesta ajena.
Los obreros conmemoraron y
luego festejaron el 1 de mayo.
Después fue el 17 de
octubre.
El 25 era de fanfarrias y
te deums.
Hasta 1973.
Ese fue el primer 25
realmente popular. El primer 25 con gente en la calle celebrando porque al fin
sabía de qué se trataba.
Brindo por el conocimiento.
Salud.
Después, importó y mucho el
después. La venganza fue terrible. Los usurpadores de siempre se cobraron esa
alegría, y cómo.
Muchos muertos, la
independencia olvidada.
Y otro 25 de mayo.
Hace 10 años.
Una nueva esperanza.
Una historia que se empezó
a transitar.
Una historia en la que
todos tenemos un espacio. Si es más grande o más chico depende de cada uno de
nosotros.
Una historia con pibes en
la escuela, con hospitales abiertos, con conocimiento y salud.
Brindo por ese 25 de mayo.
Salud.
Y brindo por el 25 del
bicentenario. Por toda esa gente que salió a festejar. Porque ese festejo fue
de cada uno de nosotros. Porque no se lo robamos a nadie, sino que lo
recuperamos.
Y porque mañana se cumplen
muchos aniversarios de muchos 25 de Mayo, brindo por todos ellos.
Salud.
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