viernes, 24 de mayo de 2013

Bipolaridad del 25 o Por qué festejo yo


Este año voy a festejar el 25 de Mayo, lo voy a celebrar, lo voy a disfrutar.
Este comentario, el que abre esta reflexión, no le importa a nadie.
O no debería importarle a nadie, porque es una actitud que tomo en cuanto ciudadano libre de un país maravillosamente democrático. Una actitud que, por cierto, no vulnera ninguna disposición legal vigente.
Hecha la aclaración continúo.
El 25 de mayo ha sido una celebración bipolar.
¿Qué pasó el 25 de Mayo de 1810?
¿Por qué fue tan importante?
¿Qué originó el 25 de Mayo?
Desde el principio se nos vende a la Revolución de Mayo como un hecho aislado, desencadenado en pocos días a raíz de ciertas noticias que llegaban de Europa. Esta afirmación niega o por lo menos oculta los siglos de lucha y resistencia de los pueblos originarios primero, y de los primeros patriotas criollos después.
Celebremos entonces a Juan Chalimín, a Tupac Amaru. Recordemos el Taki Ongoy. Brindemos por Chuquisaca. Salud.
Se nos dijo también que la Revolución había sido pacífica. Una buena manera de matar desde el huevo cualquier intento de resistencia activa posterior. Una buena forma de ignorar a French, Beruti, Monteagudo y tantos otros. O a Moreno, Castelli y Belgrano, que además de comprar paños a los ingleses querían un país nuevo y democrático. Brindo por ellos. Salud.
Es cierto, el 25 de Mayo no se declaró la Independencia. Pero la Independencia no se hubiera declarado si no hubiera habido un  25 de Mayo.
Una independencia que fue bastardeada en todos los aspectos imaginables. La lista es larguísima.
La guerra de la triple infamia, el genocidio de Roca, la ley de residencia, la generación del ochenta. El 25 de mayo pasó a ser una fecha tan decorativa que durante muchos años los presidentes asumían el 12 de octubre. Símbolos sobran en nuestra historia. Brindo por esto también, porque forma parte de aquello que nos debe hacer pensar qué no queremos. Salud.
Y entonces todo se vuelve vertiginoso. El 25 de Mayo fue siempre una fiesta de ellos. La joya del primer centenario fue la visita de la infanta de España. Se modificó el himno para no ofender a quienes habían provocado un etnocidio total y absoluto. Nadie antes y nadie después arrasó un continente como lo hizo España. Nadie fue tan codicioso. Nadie fue tan salvaje.
Mientras en el país de los alimentos la gente moría de hambre.
Brindo porque nunca más equivoquemos el homenaje. Salud.
Mucho pasó.
El  25 de Mayo siguió siendo una fiesta ajena.
Los obreros conmemoraron y luego festejaron el 1 de mayo.
Después fue el 17 de octubre.
El 25 era de fanfarrias y te deums.
Hasta 1973.
Ese fue el primer 25 realmente popular. El primer 25 con gente en la calle celebrando porque al fin sabía de qué se trataba.
Brindo por el conocimiento. Salud.
Después, importó y mucho el después. La venganza fue terrible. Los usurpadores de siempre se cobraron esa alegría, y cómo.
Muchos muertos, la independencia olvidada.
Y otro 25 de mayo.
Hace 10 años.
Una nueva esperanza.
Una historia que se empezó a transitar.
Una historia en la que todos tenemos un espacio. Si es más grande o más chico depende de cada uno de nosotros.
Una historia con pibes en la escuela, con hospitales abiertos, con conocimiento y salud.
Brindo por ese 25 de mayo.
Salud.
Y brindo por el 25 del bicentenario. Por toda esa gente que salió a festejar. Porque ese festejo fue de cada uno de nosotros. Porque no se lo robamos a nadie, sino que lo recuperamos.
Y porque mañana se cumplen muchos aniversarios de muchos 25 de Mayo, brindo por todos ellos.
Salud.

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