En mi casa vive un señor
que se llama García.
En mi casa vive un señor
que se llama García, que es bajito y de rulos.
En mi casa vive un señor
que se llama García, que es bajito y de rulos y que usa traje oscuro y moñito a
lunares.
En mi casa vive un señor
que se llama García que es bajito y de rulos, que usa traje oscuro y moñito a
lunares y que tiene una costumbre muy particular.
A este señor le gusta comer
prendas de vestir.
Ustedes dirán, entonces,
que el señor García, lejos de ser tal cosa es una simple y vulgar polilla.
Pues no, nada de eso.
Una polilla come cualquier
prenda.
El señor García come…
medias.
Pero no cualquier media.
El señor García que vive en
mi casa come sólo una media de cada par. La otra media queda allí, solitaria y
huérfana.
El por qué de esta
conducta, yo no lo conozco.
Lo que sí sé es que a veces
no gusta de la media que ha probado, por lo que la abandona, agujereada, en el
cajón correspondiente.
Otras veces se confunde, y
muerde una remera, o un calzoncillo.
Puaj.
En mi casa vive un señor
que se llama García que come medias, y que a veces no llega al baño.
Entonces se agacha y hace
caca en el rincón que queda detrás de la puerta más cercana.
Como se darán cuenta, el
señor García no hace soretitos comunes y corrientes como los nuestros.
No señores.
El señor García hace caca
en pelusas del color de las medias que se ha comido.
Si no me creen, fíjense
detrás de las puertas.
El señor
García tiene un pariente que vive en el cajón de las medias de cada casa de
cada barrio de cada ciudad de cada provincia de cada país de cada continente de
este mundo que nos tocó pisar.
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