lunes, 23 de septiembre de 2013

EXPRESATE COMO QUIERAS (Si te dejan)

Vivimos tiempos muy contemporáneos Don Inodoro.
Una de las tantas genialidades del gran Negro Fontanarrosa nos sirve para empezar.
Vivimos tiempos en los cuales cualquiera con un mínimo de interés por la realidad tiene un acceso múltiple al conocimiento de la misma.
Múltiple en cuanto a fuentes.
Múltiple en cuanto a contenidos.
Es de esperar que cuando se aplique plenamente la Ley de Medios esta situación sea todavía mejor, y el acceso a la información sea realmente democrático y libre.
La plena libertad de expresión, un concepto muy meneado y bastante toqueteado últimamente por quienes controlan la agenda de información a la que puede acceder cada uno de nosotros.
Estas corporaciones, que saltan escandalizadas ante cualquier retruque que intente contradecir lo que ellos expresan o transmiten hablando de leyes de control de medios o de ataques a la libertad parecen no haberse enterado de una serie de hechos más o menos recientes en los cuales la Libertad de Expresión estuvo en serio riesgo. En uno de ellos incluso hubo que hablar de un muerto. Uno de verdad, uno que ya no está. Uno que no puede defenderse. Uno que no puede reclamar.
Adams Ledesma dirigía Mundo Villa, grupo multimedia que comprendía una publicación impresa, una radio y un canal de televisión destinado a ser una herramienta comunicacional para los habitantes de las Villas del Gran Buenos Aires. Cualquier descripción que se haga se queda corta. Cuando Adams hizo saber que disponía de información comprometedora para las clases privilegiadas fue brutalmente asesinado a escasos metros de su casa. Alguien cayó preso por el crimen, Cristian Espínola. Alguien que cobró repentina fama cuando se fugó de la cárcel hace pocos días. Ningún medio dominante salió a romper lanzas en nombre de la libertad de expresión. Parece que responderle a Morales Solá violenta este concepto, pero matar a un periodista villero no.
A veces nos preguntamos, o yo me pregunto si estoy/estamos tan equivocados.
A veces parece que estuviéramos del lado equivocado.
Entonces vemos que si Lanata arma un show berreta y poco confiable es un periodista jugado que conjuga la información con el entretenimiento, conceptos que deberían caracterizar al periodismo contemporáneo según la visión de Eduardo Van der Kooy (http://www.clarin.com/opinion/Ojala-calzas-problema_0_998300185.html, 23/09/13), pero si el que denuncia corrupción policial, narcotráfico y demás es Tomás Méndez, periodista cordobés, se trata de una operación de prensa del Gobierno Nacional dirigida a desprestigiar a uno de los principales opositores al mismo.
Lo más notable es que tal tesis ha sido sostenida no solamente por quienes integran el oficialismo provincial sino también por múltiples comunicadores integrantes del staff de medios que responden a grupos como Clarín y Cadena 3. Estamos esperando que la brutal agresión a la libertad de expresión sea destacada por quienes se rasgan las vestiduras frente a Ministros que se expresan para responder a las críticas que estos conglomerados vociferan de manera constante. Para eso disponemos de un silloncito bien mullido, así que no se preocupen.
Entonces buscamos refugiarnos en el humor, que suele ser la mejor editorial que existe. Quien se expone en una actividad pública sea cual fuera ésta se arriesga a ser objeto de atención por parte de quienes se dedican a tales menesteres, por lo que deberían tener las espaldas y la tolerancia suficiente para bancarse lo que venga, siempre que no se lesionen cuestiones personales que hacen a la vida privada de cada quién. Esto también forma parte de la libertad de expresión, y debe ser defendida por todos en general y por los comunicadores en particular.
Ya pasaron los tiempos en los cuales un señor de uniforme sacaba de circulación una revista porque no le gustaba la tapa, o una jueza de la Nación prohibía que se la nombrara en un programa de humor político. Y si esto volviera a ocurrir, todos a patalear. ¿Verdad? Parece que no.
La ¿justicia? Condenó recientemente a la revista Barcelona a pagar una suma de dinero a Cecilia Pando, militante por la reivindicación del terrorismo de estado, a quien disgustó una contratapa de tal publicación en la cual se reían de una protesta que esta señora había realizado como parte de su lucha. Es de recordar que la revista había sido retirada de exhibición a pedido de Pando, quien no conforme con tal censura consiguió que Barcelona sea castigada monetariamente.
Como vemos, la libertad de expresión se ve agredida permanentemente por quienes dicen carecer de tal libertad.
No quiero ser original. No se puede serlo a esta altura del debate. No hace falta serlo tampoco.
Defendamos lo conseguido.
Simplemente eso.
In memorian de Adams Ledesma.
En defensa de Tomás Méndez.
Para que no nos prohíban el humor.

Buen provecho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario