lunes, 21 de noviembre de 2011

VUELVO A LAS CINCO

Día I
Kramer ha tenido una mañana complicada, de esas que hacen historia. Durmió una mala siesta, solo (nota al pie: la siesta solo es el peor momento de soledad del hombre casado) y antes de volver a su trabajo en el Sanatorio Carrasco de Agudos y Afines pasa por la Plaza del Libertador. Allí descubre, se tienta o se deja seducir por la sombra de un árbol del que, desgraciadamente para las exigencias del lector detallista, desconoce la estirpe, y decide sentarse.
Deja su mochila en el piso, saca un libro y comienza a leer. Antes toma la precaución de apagar el teléfono celular.
Cuando completa una hora de lectura, a las cinco en punto, reconecta todo, se levanta, se sacude las hojas secas y arranca nuevamente.
Esa tarde atiende a todo el mundo con el mejor humor que ha sentido en años. Está sonriente, divertido, diáfano.
Vuelve a su casa y cocina el vacío mechado con panceta, parmesano y verdeo que tanto les gusta a Judas y Nerón, sus hijos. Dice Susana Ingrid Rivas, su compañera, que esa noche Kramer logra niveles de inspiración pocas veces vistos.

Día II
Kramer se baja del auto a las cuatro en punto y cruza la calle. Hoy hace frío y está nublado, pero el tipo no se amilana.
Se sienta nuevamente debajo del árbol pero esta vez coloca un cartel de cartulina plastificada en el que se puede leer, en tipografía Tahoma cuerpo 32 rojo Lucifer sobre fondo verde agua, la siguiente leyenda: “VUELVO A LAS CINCO”, hora a la que nuevamente decide levantar campamento.

Día III
Suena el teléfono de Kramer. Es Goldberg que lo llama preocupado porque la gente que circula por el centro anda comentando alarmada que hay un demente con un cartel que se sienta debajo de un árbol y lee.
-Dicen que sos vos.
-Es verdad.
-¿Y qué hacés?
-Voy, me siento debajo del árbol y vuelvo a las cinco. A veces leo, a veces no.
-¿Y después?
-Vuelvo a las cinco.
-Ah, bueno.
-Buenísimo.
-Listo, nos vemos.
-Chau.

Día IV
Goldberg llega a la plaza cuando Kramer ya se ha sentado. Lo saluda. Kramer, apoyado en la cara sur del árbol, señala el cartel que dice “VUELVO A LAS CINCO”.
Goldberg hace que sí con la cabeza y se acomoda contra la cara norte de la planta.

Día V
Goldberg trae nuevo cartel, más acorde a la situación actual. En tipografía Comic Sans (Goldberg tiene alma de guionista de historietas) cuerpo 36 verde oliva sobre fondo amarillo canario ha escrito “VOLVEMOS A LAS CINCO”.

Día VI
Un señor desconocido de traje gris topo y valija cibernética se afloja la corbata y se sienta sobre la cara este del árbol. Procede a sacarse zapatos y medias y se dedica a jugar con las uñas de sus pies.
A 25 metros, sobre la Avenida de la Independencia, frena un móvil del Canal de Televisión local. Bajan señorita de edad madura y camarógrafo entrado en carnes.
Encaran por la cara este:
-Buenas tardes.
-……
-Somos de Telecanal Ciudad Insaurralde. ¿Podríamos hacer una nota?
El señor de los pies señala el cartel:”VOLVEMOS A LAS CINCO”.
La misma situación se repite en las caras norte y sur. Por el handy de la cronista informan de un accidente en el Acceso Norte a Este Pueblo, como llaman todos a la ciudad, por lo que el móvil emprende rápida marcha hacia ese sitio.
A no desesperar, volverán.

Segunda Semana
Ya son varias las personas que llegan a las cuatro de la tarde a la esquina sureste de la Plaza del Libertador, por lo que el lugar empieza a quedar chico. No arrugan y se arriman al Monumento al General. Al poco tiempo, cada sector tiene su propio grupo, cada uno de ellos con su respectivo cartel que reza “VOLVEMOS A LAS CINCO”.
Los medios de comunicación locales intentan infructuosamente obtener declaraciones.
A las cinco en punto cada uno de los que ya han empezado a ser denominados “Los Cansados”, “Los Post-Siesteros”  o simplemente “Los Pelotudos de la Plaza”, se levanta, se sacude las hojas secas y se va.
Surgen grupos en la Plaza del Fundador y en la del Barrio 17 de Octubre.

Tercera Semana
Todas las Plazas han sido tomadas, de cuatro a cinco de la tarde, por esta gente. Los de la Plaza de San Cayetano han diseñado remeras con la leyenda “VUELVO A LAS CINCO”. Cada integrante elige el diseño y la combinación de colores. En medios oficiales cunde la alarma ante determinadas cifras estadísticas brindadas por la Cámara de Farmacéuticos, que indican un descenso en el consumo de psicofármacos, antiácidos y sobre todo de Viagra. La tasa de suicidios se redujo a la mitad. Los hoteles por horas no dan abasto. La mayor parte de las parejas que concurren a estos establecimientos refieren más de diez años de convivencia. Las relaciones extramatrimoniales decaen de manera sorprendente.
El Estado Municipal duda.
El Obispo tiembla de furia.
La visita del Nuncio Apostólico se acerca. Todo está listo para festejar el Semicentenario de la Diócesis y la Consagración del Sagrario del Santo Sepulcro de Ciudad Insaurralde (Este Pueblo) a la Protección de Nuestra Señora de la Promiscuidad.
Monseñor Tejerina se las agarra con el Lord Mayor y lo amenaza con la excomunión si no toma medidas contra esa banda de indeseables y haraganes que no respetan el mandato bíblico del sudor de la frente, en la plaza donde se va a celebrar el acontecimiento más importante en la historia de Este Pueblo.
El Intendente le explica que su condición de judío hace que tal amenaza carezca totalmente de importancia para él. El prelado sale del castillo Municipal invocando porciones anatómicas y hábitos sexuales de la madre del funcionario.
Quién hubiera esperado tal conducta del Vicario de Cristo.
La respuesta que recibe el portero al sugerirle que se llegue al Parque del Manco, enfrente de la Catedral, a las cuatro de la tarde, es muy poco teológica.
Las autoridades intentan contactar a los líderes del Movimiento (Que no es tal, sería más vale un “Aquietamiento” o algo así), pero estos niegan tal condición. Dicen que todo fue espontáneo y carente de organización, por lo que no puede definirse la figura de Dirigente o similar.
Aparece el primer cartel en la vecina localidad de El límite, del lado de Santa Fe.

Cuarta Semana
El Semicentenario se acerca peligrosamente, sin prisa pero sin pausa.
-La gran fiesta de la fe diocesana no puede llevarse a cabo rodeada por una banda de haraganes que no honran aquello de ganarás el pan con el sudor de tu frente -suda Monseñor Tejerina frente al Comisario Mayor Cardozo-.
-¿Y qué quiere que haga, Monseñor?
-Reprima, restablezca el orden público. Esto no puede seguir así.
-Pero el orden público no está alterado.
-¿Cómo que no? Gente ociosa y que encima parece disfrutarlo… ¿Qué va a decir el Nuncio?
-Mire, Monseñor, a mí me importa lo que diga el Juez Ferrari, y si el Juez Ferrari no dice nada yo no me muevo de acá.
-Señor Juez.
-Monseñor.
-Necesito… No, exijo la orden para despejar plazas y paseos de Ciudad Insaurralde de ese montón de ateos y vagos que no respetan el mandato divino de sufrir para ser mejores…
-Eso es teología Monseñor.
-¿Y?
-Y yo me fundamento en la Ley y en la Constitución. Esas cuestiones, me parece, debería discutirlas con sus fieles. A mí, no me rompan las pelotas.
Buenas tardes, Monseñor.
Cuando el Obispo Tejerina abandona el Edificio de Tribunales ya sabe perfectamente lo que debe hacer.
Necesita Fe, Financiamiento y Factibilidad Técnica. La Sagrada Triple F que terminará con la herejía en Ciudad Insaurralde.

Quinta Semana
El domingo a las 10 de la mañana, en la Misa Central, lanza la Cruzada Purificadora rumbo al Semicentenario. La respuesta de la feligresía es unánime y estruendosa.
Después, recorre todas las carpinterías de Este pueblo. La Factibilidad Técnica depende, por supuesto, del Financiamiento.
-Usted comprende, Monseñor. Por justa que sea la Causa, nadie trabaja gratis.
El Obispo no duda. Se dirige a la sede del “Grupo Auto Reunido de Cerealeros ArgentinoS” para ofrecerles la disponibilidad absoluta e irrestricta del espacio público local. Podrán plantar lo que se les cante en las condiciones que quieran durante los próximos cinco años.
El Presidente y Capataz de la entidad saca una calculadora del cajón superior derecho de su escritorio.
Suma y multiplica, analiza, consulta cotizaciones en Chicago y Rosario.
Llama a dos personas. Los diálogos son breves y concretos.
Después, en un talonario del Banco Nación, firma cinco cheques en blanco y se los estira a su socio:
-Monseñor, compañero de lucha y de causa, ponga el número que necesita.
Se saludan con un severo apretón de manos.
El día se acerca.

Cuaresma
A las doce de la noche del Primer Domingo de Cuaresma la Procesión, encabezada por Monseñor Tejerina, comienza a atravesar los pórticos vidriados de la Catedral con dirección al Parque del Manco. Cada uno de ellos porta en sus manos la Herramienta Redentora provista por Casa Mondino y bendita a la distancia y en teleconferencia por el Papa de Roma.
A las cuatro de la mañana, cuando los últimos fieles abandonan el templo, ya la mitad de los árboles de la plaza han sido talados. Lo mismo sucede en cada iglesia de cada barrio, salvo en San José Carpintero y Mártir. El trabajo sigue en los canteros y en las veredas de la ciudad.
Para las ocho, los talleres funcionan a pleno armando los bancos que llenarán el Playón del Libertador para el Día del Semicentenario. En 72 horas todo está listo.
Las cámaras de Telecanal registran el evento.
Todos esperan que Dios esté feliz.

El Día del Semicentenario
Todo está listo.
A las tres de la tarde, hora de la muerte de Nuestro Señor Jesucristo, comienzan a sonar las campanas de la catedral.
Hace rato ya que los fieles están acomodados en los flamantes asientos de madera.
Bajo un salvaje sol sacrifican su siesta y su bienestar, en homenaje al Nuncio.
El altar reluce, lo mismo que la cruz barnizada que nadie se atrevió a medir, pero que puede ser vista desde todos los rincones de Este Pueblo.
A las cuatro de la tarde el Enviado Vaticano sube al escenario donde está montado el altar.
La emoción rebalsa la plaza.
Todos están tan conmovidos que no ven cómo Kramer se baja del auto con una pala, cava un pocito y saca del baúl lo que dentro de varios años será un frondoso jacarandá. Tampoco notan el cartel de cartulina verde agua en el que está escrito, en tipografía Tahoma cuerpo 32 color Rojo Lucifer, la siguiente frase: “VUELVO A LAS CINCO”.

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